𝐒𝐨𝐦𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐜𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐧𝐜𝐢𝐞𝐫𝐨𝐬. Procrastinar, es un pecado de este mundo terrenal. Los pecados, son castigados. La procrastinación, castiga nuestras finanzas personales.
Entrar en deuda por 10 o 30 años (crédito personal, hipoteca…) va a hacer que el dinero te cueste siempre mucho más. Te conviertes en un 𝐚𝐡𝐨𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐩𝐨𝐫 𝐨𝐛𝐥𝐢𝐠𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧.
Mi experiencia me ha permitido ver que ahorrar no algo que solo pueden hacer los que tienen ingresos altos. De hecho, el ahorro nada tiene que ver con lo que ganas, sino con tu mentalidad. Es más importante la cantidad que eres capaz de retener que la cantidad de tus ingresos.