Llevamos hablando milenios sobre la ansiedad. El mismo Hipócrates ya escribió sobre ella en el siglo 4 AC o Søren Kierkego un filósofo que es considerado el padre del existencialismo y que hablo sobre la desesperación y la angustia en 1860 o el mismo Freud, quien abordo estre trastorno el 1926.

Como vemos, grandes médicos, filósofos y psicólogos de nuestra historia se han interesado y hablo de ella. Y es que la ansiedad, es ese sentimiento de temor, miedo preocupación y pánico que nos acompaña como especie, como humanos, que no importa que lengua hablemos, en donde hayamos nacido, crecido, no importa nuestra cultura, religión. Todos nosotros experimentamos o hemos experimentado este sentimiento.

Para empezar debemos de ella, que es una respuesta fisiológica que no ha acompañado como especie durante toda nuestra existencia. Gracias a ella, nos hemos mantenido vivos como especie.

La ansiedad nos mantiene en un estado de alerta que nos protege del peligro, ante las situaciones amenazantes. Lo que ha cambiado es que antes, el peligro era una bestia, animal que quería hacernos daño, donde nuestra vida estaba en juego y debíamos responder ante ese peligro. Hoy esta bestia se llama trabajo, pareja, hijos, dinero, conflictos de país…

Es decir, situaciones que a pesar que nuestra supervivencia en ese momento no se vea en peligro, nos genera que nos mantengamos en una situación de alerta y preocupación por lo que pasará en el futuro.

Y entonces es cuando empezamos a dejarnos llevar por nuestra mente y a construir escenas e imágenes generalmente catastróficas que todavía alimentan todavía más esa sensación de peligro.

Sostenida en el tiempo nos puede llegar a anular, bloquear, limitar e incluso enfermarnos. En cualquier caso, si estás viviendo una situación de ansiedad, te recomiendo poder dirigirte a un profesional de la psicología para poder ayudarte a regular.

Hasta aquí vemos que, es un estado natural de nuestro cuerpo, y que se genera principalmente en nuestros pensamientos. Si estamos trabajando personas, o tenemos al alrededor personas que están ante una situación, podemos ayudarles de la siguiente manera:

1. Para poder ayudarles, debemos observar cómo estamos nosotros. No podemos ayudar a calmar la mente de los demás, si la nuestra no está en paz. Es muy importante que nosotros estemos en nuestro centro.

2. No negar la preocupación del otro: hemos de ser conscientes que cuando intentamos evadir una emoción esta se hace más grande. Es como cuando te dicen: tranquilo, no te pongas nervioso, y tú lo que haces precisamente es ponerte más nervioso….

3. Pauta de respiración: No podemos controlar ciertos pensamientos, estos simplemente aparecen como ventanas emergentes en el navegador, pero lo que sí que podemos controlar es como respiramos. Hacer unas respiraciones más profundas nos ayudará a relajarnos.

4. Propón una actividad Musical: Está comprobado que la música tiene una gran influencia en nosotros, es algo casi incontrolable. Ya que puede cambiar nuestro estado de ánimo. Si queremos calmar la ansiedad, busquemos música que nos induzca a ese estado.